:)

:)

miércoles, 20 de junio de 2012

No debí escucharla-me confesó un día-; es mejor no escuchar a las flores. Tan sólo
contemplarlas y aspirar su perfume. La mía endulzaba con su aroma todo mi planeta, y aún
así, yo no podía gozar de ello. Quizá la historia de las garras, que tanto me fastidiaba, debe
haberme conmovido...
Me confió luego:
"No supe entonces comprender. Cometí el error de haberla enjuiciado por sus palabras y no por
sus actos. Iluminaba y perfumaba todo mi planeta. Jamás debí haberla abandonado! Debí
haber intuído su ternura detrás de sus ingenuas astucias. Las flores son tan contradictorias! Y
yo... demasiado jóven para saber amarla. . . ♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario