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domingo, 30 de septiembre de 2012

ESTOY SENTADO COMO UN INVALIDO EN EL DESIERTO DE MI DESEO DE TI -

Me he acostumbrado a beber la noche lentamente, porque sé que la habitas, no importa dónde, poblándola de sueños.

El viento de la noche abate estrellas temblorosas en mis manos, que aún no se conforman, viudas inconsolables de tu pelo.

En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste y a veces les daría la libertad que exigen para volver a ti, con el helado filo del cuchillo.

Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí, que si me muero a ti te moriría.


ORACION -

Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Ardeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñame tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito
Que ya no puedo así , con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.

La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.


Oliverio Girondo ☼



“No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! -y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Está fue -y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres… ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!… y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. ¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera…, aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes… la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando. Te quiero.


-Yo también. Pero puedo quererte sin tenerte. Hemos volado juntos. ¿Qué más hace falta?
Oliverio Girondo, argentino.







martes, 25 de septiembre de 2012

Ella me daba la mano y no hacía falta nada más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor. . . ♥



lunes, 24 de septiembre de 2012

Maria Elena Walsh

Calle Florida, túnel de flores podridas.Y el pobrerío se quedo sin madrellorando entre faroles sin crespones.Llorando en cueros, para siempre, solos.Sombríos machos de corbata negrasufrían rencorosos por decretoy el órgano por Radio del Estadohizo durar a Dios un mes o dos.Buenos Aires de niebla y de silencio.El Barrio Norte tras las celosíasencargaba a Paris rayos de sol.La cola interminable para verlay los que maldecían por si acasono vayan esos cabecitas negrasa bienaventurar a una cualquiera.Flores podridas para Cleopatra.Y los grasitas con el corazón rajado,rajado en serio. Huérfanos. Silencio.Calles de invierno donde nadie pregonaEl Líder, Democracia, La Razón.Y Antonio Tormo calla "amémonos".Un vendaval de luto obligatorio.Escarapelas con coágulos negros.El siglo nunca vio muerte mas muerte.Pobrecitos rubíes, esmeraldas,visones ofrendados por el pueblo,sandalias de oro, sedas virreinales,vacías, arrumbadas en la noche.Y el odio entre paréntesis, rumiandovenganza en sótanos y con picana.Y el amor y el dolor que eran de verasgimiendo en el cordón de la vereda.Lagrimas enjuagadas con harapos,Madrecita de los Desamparados.Silencio, que hasta el tango se murió.Orden de arriba y lagrimas de abajo.En plena juventud. No somos nada.No somos nada mas que un gran castigo.Se pintó la República de negromientras te maquillaban y enlodaban.En los altares populares, santa.Hiena de hielo para los gorilaspero eso sí, solísima en la muerte.Y el pueblo que lloraba para siempresin prever tu atroz peregrinaje.Con mis ojos la vi, no me vendieronesta leyenda, ni me la robaron.Días de julio del 52¿Qué importa donde estaba yo?IINo descanses en paz, alza los brazosno para el día del renunciamientosino para juntarte a las mujerescon tu bandera redentoralavada en pólvora, resucitando.No sé quién fuiste, pero te jugaste.Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo,metiste a las mujeres en la historiade prepo, arrebatando los micrófonos,repartiendo venganzas y limosnas.Bruta como un diamante en un chiquero¿Quién va a tirarte la última piedra?Quizás un día nos juntemospara invocar tu insólito coraje.Todas, las contreras, las idólatras,las madres incesantes, las rameras,las que te amaron, las que te maldijeron,las que obedientes tiran hijosa la basura de la guerra, todaslas que ahora en el mundo fraternizansublevándose contra la aniquilación.Cuando los buitres te dejen tranquilay huyas de las estampas y el ultrajeempezaremos a saber quién fuiste.Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva,única reina que tuvimos, locaque arrebató el poder a los soldados.Cuando juntas las reas y las monjasy las violadas en los teleteatrosy las que callan pero no consientenarrebatemos la liberaciónpara no naufragar en espejitosni bañarnos para los ejecutivos.Cuando hagamos escándalo y justiciael tiempo habrá pasado en limpiotu prepotencia y tu martirio, hermana.Tener agallas, como vos tuviste,fanática, leal, desenfrenadaen el candor de la beneficenciapero la única que se dio el lujode coronarse por los sumergidos.Agallas para hacer de nuevo el mundo.Tener agallas para gritar bastaaunque nos amordacen con cañones.
Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.

Amor 77
Julio Cortazar

ÁRBOL DE DIANA ☼


1

He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
y he cantado la tristeza de lo que nace.

2

Éstas son las versiones que nos propone:
un agujero, una pared que tiembla...

3

sólo la sed
el silencio
ningún encuentro

cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

4

Ahora bien:
Quién dejará de hundir su mano en busca del
tributo para la pequeña olvidada. El frío pagará.
Pagará el viento. La lluvia pagará. Pagará el
trueno.
a Aurora y Julio Cortázar

5

por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mudo

6

ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

7

Salta con la camisa en llamas
de estrella a estrella,
de sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
la que ama al viento.

8

Memoria iluminada, galería donde vaga
la sombra de lo que espero. No es verdad
que vendrá. No es verdad que no vendrá.

9

Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde muy amado,
este lila caliente,
este corazón sólo misterioso.

10

un viento débil
lleno de rostros doblados
que recorto en forma de objetos que amar

11

ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

12

no más las dulces metamorfosis de una niña de
seda
sonámbula ahora en la cornisa de niebla

su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

13

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

14

El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe.

15

Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

16

has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos

has terminado sola
lo que nadie comenzó

17

Días en que una palabra lejana se apodera de
mí. Voy por esos días sonámbula y
transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos
donde me danzo y me lloro en mis numerosos funerales. (Ella es
su espejo incendiado, su espera en hogueras frías, su
elemento místico, su fornicación de nombres
creciendo solos en la noche pálida.)

18

como un poema enterado
del silencio de las cosas
hablas para no verme

19

cuando vea los ojos
que tengo en los míos tatuados

20

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe
a Laure Bataillon
21

he nacido tanto
y doblemente sufrido
en la memoria de aquí y de allá

22

en la noche

un espejo para la pequeña muerta

un espejo de cenizas

23

una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

24

(dibujo de Wols)

estos hilos aprisionan a las sombras
y las obligan a rendir cuentas del silencio
estos hilos unen la mirada al sollozo

25

(exposición Goya)

un agujero en la noche
súbitamente invadido por un ángel

26

(un dibujo de Klee)

cuando el palacio de la noche
encienda su hermosura
pulsaremos los espejos
hasta que nuestros rostros canten como ídolos

27

un golpe del alba en las flores
me abandona ebria de nada y de luz lila
ebria de inmovilidad y de certeza

28

te alejas de los nombres
que hilan el silencio de las cosas

29

Aquí vivimos con una mano en la garganta. Que
nada es posible ya lo sabían los que inventaban
lluvias y tejían palabras con el tormento de la
ausencia. Por eso en sus plegarias había un
sonido de manos enamoradas de la niebla.
a André Pieyre de Mandiargues

30

en el invierno fabuloso
la endecha de las alas en la lluvia
en la memoria del agua dedos de niebla

31

Es un cerrar los ojos y jurar no abrirlos. En
tanto afuera se alimenten de relojes y de flores
nacidas de la astucia. Pero con los ojos cerrados
y un sufrimiento en verdad demasiado grande
pulsamos los espejos hasta que las palabras
olvidadas suenan mágicamente.

32

Zona de plagas donde la dormida come
lentamente
su corazón de medianoche.

33

alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va
a Ester Singer

34

la pequeña viajera
moría explicando su muerte

sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente

35

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de
piedras verdes en la casa de la noche, déjate
caer y doler, mi vida.

36

en la jaula del tiempo
la dormida mira sus ojos solos

el viento le trae
la tenue respuesta de las hojas
a Alain Glass

37

más allá de cualquier zona prohibida
hay un espejo para nuestra triste transparencia

38

Este canto arrepentido, vigía detrás de mis
poemas:

este canto me desmiente, me amordaza
.

Alejandra Pizarnik (1965)

EL ENAMORADO ♥

Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.

Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.

Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.

Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.

Jorge Luis Borges

lunes, 17 de septiembre de 2012

Luz •

Anduve en la vida preguntas haciendo.
Muriendo de tedio, de tedio muriendo.

Rieron los hombres de mi desvarío...
¡Es grande la tierra! Se ríen... yo río...

Escuché palabras; abundan palabras!
Unas son alegres, otras son macabras.

No pude entenderlas; pedí a las estrellas
Lenguaje más claro, palabras más bellas.

Las dulces estrellas me dieron la vida
Y encontré en tus ojos la verdad perdida.

¡Oh tus ojos llenos de verdades tantas,
Tus ojos oscuros donde el orbe mido!

Segura de todo me tiro a  tus plantas:
Descanso y olvido . . . 


Alfonsina Storni

sábado, 15 de septiembre de 2012

A la que es demasiado alegre·

Tu cabeza, tu gesto, tu aire
Como un bello paisaje, son bellos;
Juguetea en tu cara la risa
Cual fresco viento en claro cielo.

El triste paseante al que rozas
Se deslumbra por la lozanía
Que brota como un resplandor
De tus espaldas y tus brazos.

El restallante colorido
De que salpicas tus tocados
Hace pensar a los poetas
En un vivo ballet de flores.

Tus locos trajes son emblema
De tu espíritu abigarrado;
Loca que me has enloquecido,
Tanto como te odio te amo.

Frecuentemente en el jardín
Por donde arrastro mi atonía,
Como una ironía he sentido
Que el sol desgarraba mi pecho;

Y el verdor y la primavera
Tanto hirieron mi corazón,
Que castigué sobre una flor
La osadía de la Naturaleza.

Así, yo quisiera una noche,
Cuando la hora del placer llega,
Trepar sin ruido, como un cobarde,
A los tesoros que te adornan,

A fin de castigar tu carne,
De magullar tu seno absuelto
Y abrir a tu atónito flanco
Una larga y profunda herida.

Y, ¡vertiginosa dulzura!
A través de esos nuevos labios,
Más deslumbrantes y más bellos,
Mi veneno inocularte, hermana.



Te adoro igual-


Te adoro igual que a la bóveda nocturna,
¡oh vaso de tristeza, gran taciturna!
Y te amo tanto más, bella, cuanto más me huyes;
y cuanto más me pareces encanto de mis noches,
irónicamente aumentar la distancia
que separa mis brazos de la inmensidad azul.
Avanzo en los ataques y trepo en los asaltos
como junto a un cadáver un coro de gusanos,
y amo tiernamente, bestia implacable y cruel,
incluso tu frialdad, que aumenta tu belleza.



Versión de María Fasce


Dia de lluvia-

Nunca más esta lluvia 
ni esa mancha de luz 
en el peñasco 
ni el borde 
de esa nube 
ni tu inmóvil sonrisa 
fugitiva. 
Nunca más este instante 
que ya me dice adiós 
desde tus ojos.

Claribel Alegria

domingo, 9 de septiembre de 2012

Viaje ☼



Hoy me mira la luna 
blanca y desmesurada. 
Es la misma de anoche, 
la misma de mañana. 
Pero es otra, que nunca 
fue tan grande y tan pálida. 
Tiemblo como las luces 
tiemblan sobre las aguas. 
Tiemblo como en los ojos 
suelen temblar las lágrimas. 
Tiemblo como en las carnes 
sabe temblar el alma. 
¡Oh! la luna ha movido 
sus dos labios de plata. 
¡Oh! la luna me ha dicho 
las tres viejas palabras: 
«Muerte, amor y misterio...» 
¡Oh, mis carnes se acaban! 
Sobre las carnes muertas 
alma mía se enarca. 
Alma ?gato nocturno? 
sobre la luna salta. 
Va por los cielos largos 
triste y acurrucada. 
Va por los cielos largos 
sobre la luna blanca.



Alfonsina Storni