Muriendo de tedio, de tedio muriendo.
Rieron los hombres de mi desvarío...
¡Es grande la tierra! Se ríen... yo río...
Escuché palabras; abundan palabras!
Unas son alegres, otras son macabras.
No pude entenderlas; pedí a las estrellas
Lenguaje más claro, palabras más bellas.
Las dulces estrellas me dieron la vida
Y encontré en tus ojos la verdad perdida.
¡Oh tus ojos llenos de verdades tantas,
Tus ojos oscuros donde el orbe mido!
Segura de todo me tiro a tus plantas:
Descanso y olvido . . .
Alfonsina Storni
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