:)

:)

sábado, 8 de noviembre de 2014

SOLTAR-

La mujer que me habita, la que sabe , me dice cuándo es el momento de la retirada.
Me hablan mis ancestras.
Me guían.

La mujer que me habita sabe cuándo salir corriendo.
Sabe dónde me comen y dónde como yo.
Y me habla bajito cuando duermo contándome cómo soltar las cadenas.
Canta la loba en mi vientre canciones de libertad
Hay un tambor en mi centro que se pone a vibrar cuando llego vacía de todo, menos de mí.
Hay una serpiente en la tierra que se despierta y me busca cuando lo que elijo me enferma.

Ha llegado el momento de mirar a la cara a la bruja y dejarle pasar.
Apartarse y morir...

Morir a lo viejo... a la mentira... lo conocido.... la mujer a medias.... la que ama a medias y vive a medias... y da a medias.... y a medias se queda.
Yo te muero, mujer!!! Para revivirte de nuevo y darte el espacio que de verdad ocupas en el mundo.


El lugar que te corresponde.
No importa ese camino que te desaparece a cada paso que das ahora.
No importa que no veas sendero delante de ti , mujer.
Avanza a oscuras con los ojos muy abiertos!
Huele a tus abuelas!

Y date cuenta de que CONOCES EL CAMINO.
Porque ya fuiste antes!
Porque ya fuiste antes, mujer.
Ve,......que no vas sola.!!!!!!!!!!!!!


Elena Alonso

domingo, 21 de septiembre de 2014

Déjalo ser

Déjalo salir eso que llamas tu odio
fantasmas que mueren
siendo observados:
ya los conozco
me tienen cansado.

A nadie vas a dañar
a nadie quieres
hacerle daño.
Deja que te lleve la brisa
al espacio anhelado
como una vela extendida
que se empuja
al soplar
pensando cosas que te devuelven implacables
el momento que rehuías
con sutil dedicación
esquivando obstáculos como piedras
quietecitas, viejas
indiferentes
a tu atención.

Dejando que el hilo verde
te sostenga de los hechizos
insoportables de la vaguedad,
enfila al infinito
como un león añoso
cansado ya de luchar
pero poderosísimo en su actuación:
persistentemente contenido.
En paz.-



viernes, 19 de septiembre de 2014

"MANTRA PARA EL NACIMIENTO"

Yo se parir.
Como parieron las mujeres que me precedieron.
Mi madre, mi abuela, mi bisabuela, mi tatarabuela,
Y así hasta la primera mujer.

Lo llevo grabado en mis células.
Es su legado.
Mi cuerpo sabe parir.
Como sabe respirar, digerir, engendrar, andar, hablar, pensar.
Está perfectamente diseñado para ello:
Mi pelvis, mi útero, mi vagina,
son obras de ingeniería
al servicio de la fuerza de la vida.
Yo soy ‘la que sabe’.
Y ‘la que sabe’ me susurra:
‘Cabalga la energía de las contracciones como si fuera el éxtasis,
Loba, leona, hiena, yegua, zorra, gata, pantera…
Encuentra tu hembra de poder y conviérte en ella’.
Y siendo ella, mamífera todopoderosa, doy a luz."


Mónica Manso

jueves, 11 de septiembre de 2014

Manifiesto Lunar



Por Marialex Espinoza
Somos mujeres ante todo: gordas, esbeltas, con celulitis y estrías, torneadas, flácidas, rubias, negras, indias, blancas, altas y bajas, con el pelo liso, chicha, rebelde, sedoso, opaco, de pechos reducidos y gigantes, firmes y caídos. Cualquiera sea nuestra condición física, somos mujeres reales y no estamos obligadas a parecer modelos si no hemos decidido ese oficio para nuestras vidas: ni modelos, ni muñecas, ni princesas, solo mujeres. No estamos obligadas a operarnos las tetas ni a herirnos con bisturí hasta que el espejo nos haga creer que somos lo bastante parecidas a las mujeres (reales también) de televisión y revista que nos han vendido como canon estético a imitar.

Somos madres, esposas, solteras y solteronas, jóvenes, vírgenes y no vírgenes, adultas y ancianas. Si disfrutamos “alegremente” nuestra sexualidad, o no, es asunto de nuestro cuerpo y no aceptamos más etiquetas por el tipo de vida sexual que queramos llevar. Palabras como “puta”, “zorra”, “perra” o “mojigata” solo responden a una ideología misógina y perversa que no nos induce, en modo alguno, a cambiar nuestra conducta si en realidad no deseamos hacerlo.

Somos solidarias con Lilith, que rechazó el paradisíaco Edén por no vivir sometida al señorío de Adán. Hastiadas estamos de que nos crean hijas exclusivas de Eva, porque con ello debemos agradecimiento a los hombres hasta por nuestros huesos. Asqueadas nos tiene el arquetipo mariano con sus lágrimas, abnegaciones, obediencia e ingenuidad. Si esto nos merece el título de egoístas, entonces somos libres para ser egoístas si es eso lo que deseamos. 

Somos dueñas de nuestros cuerpos y no aceptamos a la sociedad que nos siga cosificando como objetos sexuales, serviles y comerciales. De los hombres no queremos piropos: exigimos respeto. Nuestros cuerpos, cubiertos o desnudos, son vehículos para llevar adelante nuestros sueños, luchas y sentires en esta Tierra. Nunca hablamos de nuestros cuerpos en términos de “inversión” ni nos referimos a ellos como si habláramos de autos de carrera: nuestros cuerpos son sagrados y libres. 

Nuestra filiación política no es exclusiva de un partido, no es limitante, ni excluyente. Lo que nos mueve y nos concentra en la periferia de los círculos no tiene una intención partidista. En cambio, revolucionarias sí somos todas. Que estadísticamente eso pueda coincidir con que la mayoría de nosotras nos decantemos por un pensamiento de izquierda es algo muy probable: creemos que un manejo más consciente de nuestras pautas de consumo puede significar un golpe bajo para el sistema; comprendemos que ese sistema pretende movernos como títeres, o más bien muñecas, a través de la publicidad y el bombardeo de los medios de comunicación que nos pretenden moldear a la medida de sus intereses capitalistas. Con todo, muchas veces desconocemos las inclinaciones políticas de quienes hacen vida en nuestros círculos porque, insistimos: el partidismo no es, en modo alguno, nuestro punto de confluencia.

Entendemos que la condición de la mujer en la sociedad y todas las luchas que ha desencadenado es un tema político. Por ende nuestra causa sí es política, que no es lo mismo que partidista.
Nuestra religión tampoco es una sola: somos cristianas, brujas, santeras, musulmanas, budistas e hinduistas. Algunas incluso somos laicas y ateas. Encontramos entre nosotras prácticas religiosas que contemplan tradiciones y saberes indígenas y chamánicos. Aceptamos en nuestros círculos toda religión y todo tipo de prácticas heterodoxas y eclécticas y defendemos la libertad de culto porque sabemos, intuitivamente, que cualquiera que sea la religión (como su propio nombre lo asoma), lo que busca es religar (religare > religión) lo profano con lo divino. Esto significa que nuestras religiones, por distintas que sean, restablecen nuestra unión con la divinidad, nos vuelven a unir.

Vivimos una espiritualidad que, lejos de censurar nuestros cuerpos y sexualidades, nos reconcilia con lo que somos, con nuestra condición de mujeres y, en consecuencia, con nuestra sangre menstrual. Aunque nos hicieron creer que nuestra sangre era sucia, quisimos ir un poco más allá y nos encontramos con que no era cierto. Estamos convencidas de que las ideas de menstruación consciente y sagrado femenino responden a una necesidad de reelaborar conceptos en beneficio de las mujeres y el planeta.
Ofrendamos nuestra sangre a la tierra (sembramos nuestra luna) como gesto de amor y agradecimiento a la madre tierra, como un acto simbólico con el cual devolvemos a la tierra un poco de lo mucho que ella nos da. 

Cuando vemos nuestra sangre menstrual mezclarse con la tierra nos sentimos unidas a ella con raíces invisibles y desde ese enraizamiento deseamos desde lo más hondo de nuestras almas que sea esta la única sangre sobre la tierra y que no sea ofendida nunca más con sangre violenta y bélica.

Cuando llamamos “luna” a nuestra menstruación reconocemos la sincronía de nuestro ciclo menstrual con el ciclo lunar que desde hace tanto tiempo advirtieron nuestras ancestras. Sabemos que, gracias a esta sincronía, inclusive la palabra “menstruación” viene de luna y comprendemos que en tiempos antiguos el ciclo lunar definía el mes, por lo que ambos significados (luna y mes) compartían un mismo término (men) que después derivó en el latín mensis (mes) de donde proviene la palabra “menstruación”. Con este reapropiamiento de la luna para nombrar nuestros días de menstrua, nos reconocemos como seres cíclicos y aceptamos nuestros cuerpos como un microcosmos que también forma parte de los ciclos de la naturaleza.

Usamos toallas de tela reusables, copas menstruales, esponjas marinas y otras alternativas ecológicas en nuestros días de luna: entendemos que el planeta merece alternativas a los productos desechables que generan un terrible impacto ambiental. Sabemos también que al evitar la compra de productos desechables no solo hacemos un cariño al planeta y al bolsillo, sino que también dejamos de colaborar con las grandes transnacionales que se enriquecen con nuestros cuerpos sin reparar en el daño que sus químicos hacen a nuestra salud.

Estamos conscientes de que las personas que nos llaman “retrógradas” por volver al uso de las toallas de tela no consideran que ese mal entendido “progreso”, que tanto defienden, nos ha conducido al desastre ecológico en que vivimos hoy en día.

Creemos que la hermandad entre todas las mujeres es algo posible, viable y necesario. La legendaria competencia y envidia entre las mujeres es solo una muestra más de cuán desconectadas de nuestra propia esencia nos encontramos gracias, una vez más, al patriarcado. Nosotras mismas lo permitimos. No culpamos a los hombres de esto. Sí culpamos al machismo y a nuestras propias debilidades e inseguridades. Estamos dispuestas a trabajar en ello porque estamos convencidas de que recuperar nuestro poder femenino, y lograr el equilibrio, primero debe pasar por unir nuestros corazones y reinventar nuestra femineidad con la aceptación y el respeto a nuestros cuerpos.

Nos reunimos en círculos para dejar bien claro que no existen jerarquías entre nosotras. El círculo emula nuestra naturaleza cíclica y, en consecuencia con nuestros ideales de sororidad, simboliza el retorno a la unidad tras la multiplicidad.

Ni nos asusta ni nos ofende que las mentes más elementales nos tilden de lesbianas. De hecho, nos tomamos de la mano con mujeres de todas las orientaciones sexuales: la homofobia y cualquier tipo de desprecio por la orientación sexual de un individuo no nos preocupa y nunca limitará nuestra capacidad de dar amor.

Invitamos a todas las mujeres, sin importar su identidad política, credo religioso, nacionalidad, raza, condición socioeconómica o nivel académico, a que aborden con mirada desprejuiciada lo que consideramos no solo una vindicación de nuestros cuerpos, sino una perspectiva sagrada de la femineidad. No queremos imponernos, solo queremos libertad de expresión y respeto hacia nuestras prácticas y creencias. A quienes nos insultan por ignorancia, los exhortamos a que se informen. Y a quienes tergiversan información y desacreditan nuestra causa porque afecta sus propios intereses económicos, les ratificamos que nuestros ideales no están a la venta. Somos muchas y seremos más.

martes, 12 de agosto de 2014

Sería bueno
que charlemos todo este paquete de yerba
hasta llegar alguna parte.
Sería bello 
hablar más bajo y escuchar más adentro.
Sería justo
dejar pendiente la conversación
en el momento preciso.
Compañera,
despierte la confianza
que no va a amanecer sin su sonrisa,
y el gallo está afinando la garganta.
Jorge Torres, Río Cuarto

domingo, 20 de julio de 2014

"Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto a quien miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia"                              Meryl Streep

viernes, 18 de julio de 2014

Irse

Cada vez que te vayas de vos misma
no olvides que te espero
en tres o cuatro puntos cardinales
siempre habrá un sitio dondequiera
con un montón de bienvenidas
todas te reconocen desde lejos
y aprontan una fiesta tan discreta
sin cantos sin fulgor sin tamboriles
que sólo vos sabrás que es para vos
cada vez que te vayas de vos misma
procurá que tu vida no se rompa
y tu otro vos no sufra el abandono/
y por favor no olvides que te espero
con este corazón recién comprado
en la feria mejor de los domingos
cada vez que te vayas de vos misma
no destruyas la vía de regreso
volver es una forma de encontrarse
y así verás que allí también te espero.
Mario Benedetti

viernes, 11 de julio de 2014

Ya sabés

Miles de astronautas viajan por el espacio
quieren ver si un árbol crece en otro lugar
mientras un salame con cara de aceituna
quiere poner un hotel en la luna
para irla a visitar.

¿Qué más querés? Si ya sabés

que la tierra no está dormida
y esto se está poniendo raro
dejá de mirar para arriba
y empezá a mirar al costado

Si a bordo de un cohete ve tantos planetas
díganme en que mundo piensa que vive usted
si andamos en el mismo
creo que ha olvidado
cuando todo se haya evaporado
el dinero no sacará la sed

¿Qué más querés? Si ya sabés

Que tengo una ballena en la bañera
un oso polar en la heladera
un grillo que le duele la garganta
y una planta en el placard
Un bloque de cemento como casa
un basurero en una plaza
y tantos litros de petróleo
coloreando el mar

Golosinas!

Mi intención nunca fue volverme grande
Ni quejarme si llegaba a pasar
Pero es la noche que me agarra desenvuelto
Desvelado un tanto lento
Y enojado de admitir
Que las cosas se volvieron más complejas
Que no creo ya en ovejas que me hagan dormir

El mundo era de fibra y plastilina
Las nubes de tiza y algodón
Mi fortuna se contaba en golosinas
Mis tristezas en pedazos de cartón
Y una noche me puse a pensar si habré gastado tantas lagrimas
Que de grande me cuesta llorar

Y escape de mi casa, me soné la nariz
Me escondí en una plaza
Para ser un ratito feliz

Pero el arenero me llena de arena
Fui preso por regar un árbol con pis
Le hice señas a un muñeco que nuca me vio
Me perdí y ya nadie aplaudió

El sueño era profundo y transparente
Las respuestas las tenía un caracol
Te mandaba mensajitos con la mente
Dibujaba bigotes en el sol
Y una noche me puse a pensar si habré encontrado a la escondida
Y a la mancha la puse a lavar

Y escape de mi casa, me soné la nariz
Me escondí en una plaza
Para ser un ratito feliz
Pero el arenero me llena de arena
Fui preso por regar un árbol con pis
Le hice señas a un muñeco que nuca me vio
Me perdí y ya nadie aplaudió

martes, 1 de julio de 2014

El barco trajo el susurro del aire con tu voz
contabas un corto cuento de luz.
La luz cantó canciones de lejos,
y te esperé, como sólo se espera un regalo.
Los brazos abiertos y los ojos cerrados.
No puedo regalarte la luna, ni las estrellas.
Tengo pocas cosas.
Tengo mucho para dar
Y me meto en contramano
con el viento en contra,
entre niebla y autos,
entre noche y amanecer.
no voy a regalar mi corazón.
El regalo es una sirena.
Si la sirena canta podés nadar
ó mudar el mar.
Andaba tan bajito que ni los subtes le paraban.
Con el pelo torcido y un cigarro apagado.
Tan al ras del suelo que nadie la veía pasar.
Ni por mñana, ni a la noche.
Buscaba caprichosamente  un pedal, una rueda y el boleto.
Estaba en medias, desnuda
y con la mochila colmada de cubos de hielo.
Andaba por andar y con el ventrículo izqierdo estallado.
No recibió amor, ni besos, ni caramelos.
No advirtió señales.
Y siguió así, sin subte que le pare,
sin amor que la ame,
sin ser buscada ni encontrada.
Me gusta

Me gusta
vero-gerez
En este día gris de lluvia que es regalo, en recuerdo de todas las mañanas del mundo que ví tu piel, en homenaje a tu particular color de pelo y tus rodillas. En agradecimiento total a tus abrazos, encantada de compartir todo lo que todavía ni siquiera entendemos que es posible. En cada minuto de este puente. En mis más sinceras ganas de sentirte cada vez que nos volvamos a elegir. Que todos los días sean de aprendizaje, con todo lo que eso trae, la felicidad, el amor, el desafío, el vacío, la confusión, la sorpresa y la música de la vida misma...

Me gusta
Escrito por la linda Vero Gerez :)

Siempre son borradores, aunque quiera dejar quietas las palabras, se me suben a los ojos las ideas y el corazón se hace un nudo pidiendo por favor un último cambio. Y así ando, exigiéndole nosequé a todo, como si hubiera una sola manera de ser. Me prometí dejarlos tranquilos, pero mudé de sensación al terminar de escribir esto. Y cuando creí era el final, ya existía esta oración.

sábado, 31 de mayo de 2014

'No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje,
a lo más alto de su vuelo:
en lo más hondo, en lo más alto,nos arranca gemidos y quejidos,
voces de dolor,aunque sea jubiloso dolor,
lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele.
Pequeña muerte, llaman en Francia a la aculminación del abrazo,
que rompiéndonos nos junta
y perdiéndonos nos encuentra
y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman;
pero grande , muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.'

E. Galeano - El libro de los abrazos

Alejandra Pizarnik / Diarios / París, 1961

Alejandra Pizarnik


BIOGRAFÍA
PARIS, 1961

2 de enero
AQUELLA mañana tuve miedo. No. No fue aquella mañana. Es esta mañana. Es ahora. Me repito que aquella mañana tuve miedo. No es verdad, no fue en la parte menos visible del verbo, es ahora, me despierto, tengo miedo. Me he mirado las piernas y he subido mis ojos por mi cuerpo, lentamente, como un cuidadoso pensamiento asesino. Éste es mi cuerpo, dije. Me desperté y he visto. Manos en mi garganta. Qué idiota soy.

3 de enero
Escríbame, dijo, escríbame de usted. Escríbele hasta que te enredes en los hilos del lenguaje y caigas herida de muerte.

5 de enero
El horror de habitarme, de ser —qué extraño— mi huésped, mi pasajera, mi lugar de exilio.

7 de enero
Todo lo que le dije lo arrojaba por inservible. Mi amor en harapos volaba como un paquete absurdo y nauseabundo.

8 de enero
En la rue Gay-Lussac un automóvil viejo lleno de cajas de cartón. Sentado entre ellas, un anciano de pelo blanco, abrigo y sombrero negros, rostro hermoso y tristísimo. Me dije que nadie sino yo sabe que este hombre está triste dentro de de un auto muy viejo en una calle desierta. Pero de pronto me dije: ¿Y si este hombre no existe, si no existiera? Me acerqué y en efecto, no había nadie.
Estoy muriendo como “El niño que enloqueció de amor”.
¿Y si G. me envidiara mi amor por él?

9 de enero
Odio mi cara pues la miro a través de sus ojos. Esta cara no supo fascinarlo.
Amo. ¿Qué se hace en este mundo cuando se ama así?

13 de enero
Soñé con estos versos:
ô saisons, ô chateaux
quel âme est sans défaut

14 de enero
Soñé con Rimbaud.
Par litterature,
j’ai perdu ma vie.

15 de enero
Como si debiera sufrir por él. En verdad no quiero verlo ni me importa. Pero es como si debiera sufrir por él. Como si lo terrible fuera quedar sin rostros concretos y reales y que mi nostalgia se limite a un sonido, un perfume.

16 de enero
Anoche me sentí tan lejos de G., tan consciente de su irrealidad, que decidí escribir un relato de mi amor inexistente. Hoy despierto con la dulzura de su rostro frágil en mi memoria, hoy está tan bello en mi memoria que no acierto a comprender su dureza, su comportamiento sórdido. Hoy lo “veo” tan gravemente atento, tan maravilloso, que la esperanza renace de una manera perfecta. ¿Quién escribirá sobre el amor? No yo. Yo amo.

17 de enero
Confabulación de sombras para expulsar de la noche a la pequeña sonámbula.

18 de enero
Probarse vidas ajenas como vestidos heredados. Para no ver la propia desnudez.

2 de febrero
Nunca pensé en mis circunstancias personales: familia, estudios, relaciones, amigos. Me limité a sufrirlos como a testimonios opuestos al clima de magia y ensueño de mi memoria.
Como si aceptarme con mis circunstancias personales llevara implícito un renunciamiento a algo fabuloso. Es el viejo problema. De todos modos yo no existo.

3 de febrero
Sentimiento de lo provisorio. Escribo rápidamente y miro el reloj. Temo no tener tiempo. ¿Cuánto viviré aún? Leo con urgencia, miro y es vertiginoso. Corro. A dónde corro. Hay alguien presto a asesinarme.

27 de febrero
Imagino situaciones horribles para obligarme a actuar. Así la visión de los clochards para impulsarme a trabajar frenéticamente en la oficina sin pensar en las pocas probabilidades que tengo para llegar a ese estado pues en cualquier momento puedo volver a Buenos Aires —a mi hogar burgués. Lo mismo el viernes pasado cuando vi la obra de Brecht y me asusté mucho como si mi caída en la miseria fuera inminente.

1 de marzo
El ser se aduerme, cae en el deslumbramiento de sí.
Me enfermé del corazón. Es usted cardiaca —dijo. Por fin bautizaron mi vacío, mi silencio, mi ademán de idiota enamorada del aire.
Todo lo que digo y hago es para afirmar una continuidad de mi ser, la existencia de un lenguaje y un pensamiento propios. Pero yo habito el miedo, yo estoy suspendida del silencio. El remordimiento de no haber hecho algo por comprenderlo. Obligación formulada por una voz lejana.

6 de marzo
Soñé que cantaba. Cantaba como quien encuentra su voz en la noche. Cuando desperté canté varias horas frente al espejo. Por oír mi voz danzando —mi voz plegada a mí como la cuerda de un suicida—, tanto tiempo mi voz yacía en un nido de hilos rígidos, guardada en mi garganta en su imposibilidad de comunión. Entonces canté muchas canciones. Hubo como pruebas de mi voz, como los primeros pasos de la que decide bailar, la paralítica despidiéndose de su inercia.

8 de marzo
Si pudiera tomar nota de mí todos los días sería una manera de no perderme, de enlazarme, porque es indudable que me huyo, no me escucho…
El más grande misterio de mi vida es este: ¿por qué no me suicido? En vano alegrar mi pereza, mi miedo, mi distracción. Tal vez por eso siento, cada noche, que me he olvidado de algo.
16 de marzo
Ese estarse mirando debajo como mirando por la alcantarilla, silenciosa, sucia, agotada, cumpliendo mi castigo.
Ganas de aplastarme contra una pared, descuartizarme, ponerme una bomba.
18 de marzo
Más miedo que antes. Antes me disculpaba mi cara de niña. Ahora, súbitamente, me tratan como a una grande. Ya no me exceptúan por mi edad breve. Ya no es tan breve. Ya no me ampara mi cara de niña. Voy a una reunión y me sirven la misma porción, el mismo gesto de indiferencia. Lo descubrí ayer. Dije chistes obscenos, como de costumbre, y varias cosas crueles, como de costumbre, pero nadie me sonrió con ternura, como pasaba antes, cuando asombraba por mi rostro de niña precoz y procaz.

25 de marzo
Nada ni nadie se atreve a moverse, a girar, a rodar. Nunca se pone en marcha. Nunca abre la boca si no es para morder en silencio.
Estar bien es ser al modo de una estatua. Sufrir es ser un color blanco corriendo hacia una catarata ardiente. O como en una película muda el tigre devorando lentamente a la muchacha. Mi asombro ante mis poemas es enorme. Como un niño que descubre que tiene una colección de sellos postales que no reunió. Cómo es posible que el silencio fructifique de esta manera, cómo es posible que con mi terquedad campesina lo labre tan bien. No sólo doy imágenes sino hasta reflexiones: me quejo, discuto, purifico, enciendo, corrompo, y todo ello con palabras que no son mías, y ni siquiera tengo demasiadas faltas gramaticales; todo sucede como si realmente fuera así, como si yo pensara, yo sintiese, yo viviera. Y no soy más que una silenciosa, una huérfana sordomuda, hija de algo que se arrodilla y de alguien que cae.

27 de marzo
Mi imposibilidad de conducirme, de expresarme y manifestarme, mi incomodidad primordial con los demás y conmigo. Y no obstante, en lo más hondo de mi borrachera, cuando me acosté al alba, pensé en G. y supe que lo amaba. No a un rostro inventado sino a él con su rostro, el suyo real. Y me asombró que no se hubiera producido un encuentro maravilloso entre él y yo porque es la primera vez que amo un rostro tal como es. Yo sé bien que sólo me salvaría si G. me amara. Si el perseguidor fuera él, el que ama, el que desea. Porque yo, desde hace muy poco tiempo, me resisto a llamar a puertas extrañas y donar mi amor, darlo para que lo arrojen por inservible. Algo oscuro en mí ha adquirido un orgullo sin desenlace y nunca más podré llamar y comenzar a rogar. No obstante, ayer, mientras bebía y decía y escuchaba las idioteces habituales sentí como una mano helada en el cerebro y una voz que exclamaba: “Qué vieja la necesidad de amar. Qué imposibilidad  de una mano amiga. Qué deseo rotundo y aniñado de no dormir sola esta noche. Qué deseo absurdo y absoluto de que G. me llame al alba y confiese que me ama.” Esto es locura. Pero tendría que suceder este milagro. No sólo por mí sino por todos.

28 de marzo
He soñado que le decía a G. que en cuanto veo a una persona puedo adivinar de qué manera morirá. “Por ejemplo tú te vas a suicidar”, le decía. Pero tal vez se trata de mí, sólo de mí. Anoche hice gimnasia yoghi para olvidar que lo encontré por la tarde y como siempre me dejó pidiendo. En el fondo todo esto me da risa.

29 de marzo
Mi corazón disuelto en pequeños soles negros naufraga hacia donde no hay olvido. No hay olvido y el esfuerzo de ser, el esfuerzo de vestirse de sí misma cada día y remontarse como a una ciénaga, arrastrarse como a un duro cadáver, bolsa de chillidos y maldiciones y cosas muertas y puños cortados. La vía alcohólica del cielo percute en mi memoria iluminada como una galería de espanto en la que alguien busca con ardor. Viviera en algo más pequeño, no llamado, no designado, cuya única característica fuera su silencio lujurioso.

13 de abril
La sensación inigualada de estar demás, de estar de sobra en mí, no me necesito para vivir, no me pertenezco, no sé qué hago en mí, para qué me sirvo.

15 de abril
La vida perdida para la literatura por culpa de la literatura. Por hacer de mí un personaje literario en la vida real fracaso en mi intento de hacer literatura con mi vida real pues ésta no existe: es literatura.

20 de abril
Hoy, aún en duermevela, corrí al espejo murmurando: “El sueño es una segunda vida, ¿por qué habría de escribir cuentos fantásticos si yo no existo, si debo de ser la creación de algún novelista neurótico?” Después retrocedí, el espejo me daba miedo, mis ojos alucinados, y me corrí de mí, desnuda, tropezando con las valijas, las ropas, los papeles (y en los papeles poemas y en los poemas este miedo, esta concentración inigualada en un dolor viejo, indiscernible de mí).

22 de abril
En lo alto de la mañana los ojos se deslumbran en su color, se desnudan de su luz, se sumergen en su condición de sobrevivientes.

2 de mayo
Hubiera preferido cantar blues en cualquier pequeño sitio lleno de humo en vez de pasarme las noches de mi vida escarbando en el lenguaje como una loca.