Siempre son borradores, aunque quiera dejar quietas las palabras, se me suben a los ojos las ideas y el corazón se hace un nudo pidiendo por favor un último cambio. Y así ando, exigiéndole nosequé a todo, como si hubiera una sola manera de ser. Me prometí dejarlos tranquilos, pero mudé de sensación al terminar de escribir esto. Y cuando creí era el final, ya existía esta oración.
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