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jueves, 2 de julio de 2015

JUNTAS -

Desde siempre.
Milenios por detrás, tiempo sin tiempo.
Las mujeres nos hemos reunido unas con otras.
Siempre supimos de redes, de tramas, de círculos, de mandalas y corazones abiertos.
La luna nos cobija bajo su luz, desde el origen de las mareas.
Menstruábamos juntas. Abrazo de sangre y misterio.
Sintonía perfecta y cósmica.
Las diosas nos guiaban, las manos tejían magia acordonada con caricias, los astros iluminaban los secretos, las miradas se compartían, las visiones se transmitían de boca en boca, de alma a alma.
Guerreras, sabias, brujas.
Juntas teníamos la risa y el llanto.
Juntas sabíamos de hijos, amantes, soles, miedos, juegos.
Juntas crecíamos, compartíamos, creábamos.
Juntas paríamos. Juntas sanábamos. Juntas nos adentrábamos en los secretos de la Anciana Sabia. Juntas nos alejábamos de aquí cuando la Diosa nos llamaba.
Juntas.
Amigas.
Hermanas.
Esa chispa de amor y complicidad, de abrazo y compañía, de beso y contención todavía corre en nuestras venas.
Somos diosas compinches, bulliciosas, cariñosas, solidarias, compañeras.
Somos diosas que gustamos de sentarnos en rueda, contarnos historias y acunarnos.
Somos diosas que danzan y se ríen, creativas, juguetonas.
Somos mujeres en círculo: hermanas laboriosas, solidarias chamanas, con latidos cotidianos, con pociones y silencios.
Una canción nos lleva de la mano y nos trenza el alma desde lo más sagrado.
Danzamos con la Rueda mágica de la Creación.
Soñamos suspendidas en el Aliento Infinito de la Diosa.
Una y otra vez nacemos.
Nos parimos de la mano.
Juntas.
En un mismo latido, le regalamos la Vida al Universo.





©Germana Martin
07-02-09
para Adriana Barbato, Amiga de Mareas

Mujer salvaje -

Soy una indígena
una pagana
una salvaje
básicamente un mamífero
Soy una hembra
sólo en la capacidad
de reproducir
y alumbrar bebés
a ser cargados
pintorescamente
en un tablón
o perdidos
en el sistema estatal
No tengo sentimientos
Los sinuosos planos
de mi cuerpo marrón
no llevan indicio
de la necesidad
de ser acariciados
deseados
amados
Su único uso
ser violados
golpeados y apaleados
en una película mala
de vaqueros
No tengo belleza
Las arrugas
que cortan profundo
en mi rostro envejecido
no son de amargura
o desesperación
al ver mi clan destruido
uno por uno
aquí las tengo
para ser pintadas o fotografiadas
vendidas
y colgadas en paredes de abogados
No tengo emociones
La risa ronca
un roce de alas
detrás de los ojos
suave y buscando
que toca levemente a los demás
no es de cuidar,
sino por el devastado
golpe de alas negras
sacudiendo los barrotes
de una locura
que me dice
algo está mal aquí.
Alguien miente.
Soy una mujer indígena
Donde camino
la belleza me rodea
hierbas se inclinan y florecen
sobre valles y colinas
inmensos y multicolores
en la gloria estrellada
Soy la guardiana
de las generaciones
Acaricio al amante suavemente
canturreo mientras envuelvo al bebé
con tranquilidad
hablo a los ancianos
y cuidadosamente pongo a descansar
los seres queridos
Soy la fuerza
de las naciones
Canto al susurro
de vientos de otoño
en la nieve
bailo
lentamente
llenando mi cuerpo
de polvo
sintiéndolo
conociéndolo
Soy dadora de vida
a tribus enteras
Cargo las semillas
cuidadosamente a través de peligrosos
páramos
dándoles vida,
dispersas
entre frío y altísimo
hormigón
viéndolas crecer
maltratadas y lisiadas
bajo todas las mentiras
les enseño las canciones
les ayudo a oír
les doy la verdad
Soy un legado sagrado
Soy una mujer indígena