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lunes, 26 de noviembre de 2012

LUNA

“La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas. 
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia,
a los que se han intoxicado de filosofía.
Un pedazo de luna en el bolsillo

es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir”


Jaime Sabines

viernes, 23 de noviembre de 2012


A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamas preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: Que tono tiene su voz? Que juegos prefiere? Le gusta coleccionar mariposas?. Pero en cambio preguntan: Que edad tiene? Cuantos hermanos? Cuanto pesa? Cuanto gana su padre?. Solamente con estos detalles creen conocerle. Pero nosotros, que comprendemos la vida, nos burlamos de los números :)

El Principito



Poema vigesimosegundo


En el inevitable curso del universo
Usted es ese inevitable suceso
Que llegaría alguna vez
A confluir en mi inevitable existencia
Tal cual gota de inevitable tormenta
Que de manera inevitable cae
En el globo ocular de un descuidado transeúnte
Que inevitablemente
Lleva sus parpados abiertos
Para evitar los obstáculos citadinos
Impregna usted un tanto de su inevitable fluidez
en todo aquello que percibo inevitablemente mediante la vista.
Inevitablemente usted
Golpeó mi sistema límbico
Produciendo la inevitable reacción química
Que se produce en cada organismo
De la especie humana
Cuando de manera inevitable
Se libera en si la dopamina
E inevitablemente
Se cae en el inescrutable amor.
Usted tal cual el día,
La noche,
La muerte
O la vida
Sencillamente se me ha tornado inevitable
Y créame que sincero le soy.
Yo para nada en momento alguno pretendo evitarle.




Amador Monzú

Confesión

Esperando a la muerte
como un gato
que saltará sobre la
cama.

Estoy apenado por
mi esposa.
Ella verá este
cuerpo
rígido
y blanco.

Lo sacudirá una vez, entonces
quizás de nuevo:
"Hank"
Hank no
contestará.

No es mi muerte lo que
me preocupa, es mi esposa
sola con esta
pila de nada.

Quiero que sepa
que todas las noches
durmiendo a su lado.
Incluso las discusiones
inútiles
fueron cosas
espléndidas.

Y las duras
palabras
que siempre tuve miedo de
decir
pueden ahora ser
dichas:

"Te amo"



CHARLES BUKOWSKI 

Invitación al vomito -


Cúbrete el rostro
y llora.
Vomita.
¡Sí!
Vomita,
largos trozos de vidrio,
amargos alfileres,
turbios gritos de espanto,
vocablos carcomidos;
sobre este purulento desborde de inocencia,
ante esta nauseabunda iniquidad sin cauce,
y esta castrada y fétida sumisión cultivada
en flatulentos caldos de terror y de ayuno.

Cúbrete el rostro
y llora...
pero no te contengas.
Vomita.
¡Sí!
Vomita,
ante esta paranoica estupidez macabra,
sobre este delirante cretinismo estentóreo
y esta senil orgía de egoísmo prostático:
lacios coágulos de asco,
macerada impotencia,
rancios jugos de hastío,
trozos de amarga espera...
horas entrecoratadas por relinchos de angustia.



Oliverio Girondo
Yo como tú
amo el amor,
la vida,

el dulce encanto de las cosas
el paisaje celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan,
de todos.

Y que mis venas no terminan en mí,
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.



 Roque Dalton

jueves, 22 de noviembre de 2012

Arco iris ☼

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea
sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo
sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente
y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía
llorar
sólo llorar
entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.


Mario Benedetti


martes, 20 de noviembre de 2012

Bolero



Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.

Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.

Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.

Y este fragmento:
La lenta máquina del desamor
los engranajes del reflujo
los cuerpos que abandonan las almohadas
las sábanas los besos

y de pie ante el espejo interrogándose
cada uno a sí mismo
ya no mirándose entre ellos
ya no desnudos para el otro
ya no te amo,
mi amor.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Pájaro azul


Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres 
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?



Charles Bukowski

Fuera de los brazos de un amor...


Fuera de los brazos de un amor
y ya en los brazos de otra.


me he salvado de morir en la cruz
por una dama que fuma marihuana
escribe cantos y cuentos,
y es mucho más amable que la última,
mucho mucho más amable,
y su sexo es tan bueno o mejor.

no es placentero ser puesto en la cruz y dejado ahí,
más placentero es olvidar a un amor que no
cumplió
como todo amor
finalmente
no perdura...

más placentero hacer el amor
en la playa en Del Mar
en la habitación 42 y después de todo
sentado en la cama
tomando buen vino, hablando y tocando
fumando.
escuchando las olas...

he muerto muchas veces
creyendo y esperando, esperando
en una habitación
contemplando un cieloraso agujereado
esperando la llamada, una carta, un golpecito, un sonido...

volviéndome salvaje adentro
mientras ella bailaba con extraños en clubes nocturnos...

fuera de los brazos de un amor
y ya en los brazos de otra
no es placentero morir en la cruz,
más placentero es escuchar tu nombre susurrado en
la oscuridad.

Versión de Rafael Díaz Borbón

Charles Bukowski

jueves, 15 de noviembre de 2012

Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo alrededor es tan insanamente cuerdo. 


-Julio Cortazar

martes, 13 de noviembre de 2012

Los Cronopios y los Famas

Conservación de los recuerdos: Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o: «Frank Sinatra».
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan 
los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.


Julio Cortazar

lunes, 12 de noviembre de 2012

Entre tu y yo


Entre tu y yo existen cosas claras

sabemos de gaviotas, de olas y de peces

del tamaño anormal de las carencias

del latir aferrándose a la nada

de la complicidad en lo imposible

del incontrolable deseo desdoblado

del caminar erguidos pese a todo

y la paciencia de la espera

del simpático reír de buena gana

de la única forma de amarnos totalmente

de la incesante vigilia que nos pesa

de la fácil apariencia de las cosas

de robarnos los besos a escondidas

del gris de la luna en las mañanas

de confiar en el hombre desconfiando

de necesidades calladas controladas

de verdades y mentiras pequeñitas

de iras, rabias y oquedades

y de silencios también, muchos silencios.




Ena Columbié

No decía palabras

No decía palabras,
Acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
Porque ignoraba que el deseo es una pregunta
Cuya respuesta no existe,
Una hoja cuya rama no existe,
Un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos, 
Remonta por las venas 
Hasta abrirse en la piel, 
Surtidores de sueño
Hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
Una mirada fugaz entre las sombras,
Bastan para que el cuerpo se abra en dos,
Ávido de recibir en sí mismo
Otro cuerpo que sueñe;
Mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
Iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
Porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.

Luis Cernuda

domingo, 11 de noviembre de 2012

Fragmento Capítulo 93 de Rayuela

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto.



viernes, 9 de noviembre de 2012

Jaime Sabines


Me tienes en tus manos...
Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.



 
Mi corazón emprende...
Mi corazón emprende
de mi cuerpo a tu cuerpo último viaje.
Retoño de la luz,
agua de las edades que en ti, perdida, nace.
Ven a mi sed. Ahora.
Después de todo. Antes.
Ven a mi larga sed entretenida
en bocas, escasos manantiales.
quiero esa arpa honda que en tu vientre
arrulla niños salvajes.
Quiero esa tensa humedad que te palpita,
esa humedad de agua que te arde.
Mujer, músculo suave.
La piel de un beso entre tus senos
de oscurecido oleaje
me navega en la boca
y mide sangre.
Tú también. Y no es tarde.
Aún podemos  morirnos uno en otro:
es tuyo y mío ese lugar de nadie.
Mujer, ternura de odio, antigua madre,
quiero entrar, penetrarte,
veneno, llama, ausencia,
mar amargo y amargo, atravesarte.
Cada célula es hembra, tierra abierta,
agua abierta, cosa que se abre.
Yo nací para entrarte.
Soy la flecha en el lomo de la gacela agonizante.
Por conocerte estoy,
grano de angustia en corazón de ave.
Yo estaré sobre ti, y todas las mujeres
tendrán un hombre encima en todas partes.


------------ ♥ -------------- ♥ -------------- ♥------------
No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca  -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -¿qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte ,amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mi, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.


Ella se enamoró de sus gustos y de sus manías, se enamoró de sus abrazos y sus pupilas, se enamoró de las ventanitas de su cuarto, de ese muñeco de batman que nunca sacó de la caja, se enamoró de su gato manchado, y de las marcas de tazas de café en su escritorio, se enamoró de su cara seria, y de sus tonterías sin importarle qué, se enamoró de sus cambios de humor, se enamoró de los escalones frente a su puerta donde charlaron tantas veces, se enamoró de su pelo negro azabache, de su forma de mover las manos exageradamente cuando habla, se enamoró de su seguridad al hablar, y de su inseguridad al sentir, se enamoró de su concentración al dibujar, de sus "ay dios" despectivo cuando le salía un poco menos perfecto el dibujo de lo que él esperaba, de reconocer su trazo donde sea, se enamoró de su remera del joker de la cual nunca se despegaba, de sus zapatillas tamaño payaso, se enamoró de su risa, y de su sonrisa también, se enamoró de su mirada, de cómo veía al mundo, se enamoró de su humor, cual Tony Stark, se enamoró del deseo de saber más de su pasado, se enamoró del sueño de formar parte de su futuro ♥


Amor mío

Amor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.
Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.
Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.
Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme  un agua de amapolas.
Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.
 

Jaime Sabines

jueves, 1 de noviembre de 2012

El centro del amor

El centro del amor
no siempre coincide 
con el centro de la vida.
Ambos centros se buscan entonces
como dos animales atribulados.
Pero casi nunca se encuentran,
porque la clave de la coincidencia es otra:
nacer juntos.

Nacer juntos,
como debieran nacer y morir
todos los amantes.


Roberto Juarroz